Hace poco fueron las elecciones de mi comunidad autónoma, Andalucía, y, como ya he cumplido la mayoría de edad, recibí las cartas de propaganda de los distintos partidos políticos. Una de ellas me hizo mucha gracia porque con un lenguaje estudiado (al igual que las otras) me animaba a votarles, en cambio, no decía nada de lo que iba a hacer su partido si salían elegidos, solo lo que no iban a hacer. Os pongo parte del contenido:
"Las elecciones autonómicas del próximo 25 de marzo tienen un significado especial para ti. Por primera vez vas a ejercer tu derecho al voto en unas elecciones autonómicas. Tendrás en tu mano la posibilidad de decidir, de elegir qué futuro prefieres y por dónde quieres caminar. Ahora eres tú quien hablas en primera persona, quien escoges y quien, en definitiva, votas. Sé que eres consciente de la responsabilidad que entraña el ejercicio del voto y por eso estoy seguro de que lo harás en conciencia. Y de que lo harás con el orgullo de sentirte hoy andaluz de pleno derecho, ciudadano activo y participativo."
Os lo he escrito tal y como estaba, sin cambiar un punto ni una coma y resaltando las mismas palabras que estaban resaltadas en la carta. Después de este párrafo me nombraban para hacerme sentir importante o, por lo menos, para que me diera cuenta de que sabían quién soy. Decía también que teníamos que estar unidos para luchar contra la crisis pero no informaba sobre su programa para solucionarla. Así que no les voté.
¡Gracias por leer y hasta la próxima!
