viernes, 30 de mayo de 2014

"Aproveche el tiempo"

"La vida es un juego y cada día una nueva partida. Solo necesita tres cosas para ser buen jugador: Primero, no olvide que si no se apuesta no se gana; segundo, recuerde que no se trata de tener buenas cartas, sino de jugar bien lo que se tiene; y por último y más importante, asegúrese de guardar siempre un as bajo la manga."

- Cafe desvelado -

miércoles, 28 de mayo de 2014

Hablar sin motivo


Siempre me he preguntado cómo hay personas que conocen a otras tan fácilmente, cómo podían llegar a coger confianza, cómo podían llegar a esa zona en la que se deja de ser conocidos, sin ser amigos pero tampoco novios, pero que se comienzan a crear el camino para llegar a alguna de las dos partes, o a seguir siendo simples conocidos.
Me he dado cuenta que es más fácil de lo que pensaba empezar a conocer a una persona, únicamente hay que hablar sin motivo alguno, solo por entretenimiento. Solamente hay unos pasos a tener en cuenta:
1 - Dejar de darle importancia a lo que piensen los demás. Si piensan que estás ligando con la otra persona, que lo piensen. Solo estás hablando, no haces nada malo.
2 - Hablar de temas que no te comprometan a nada, simplemente una charla entretenida. El tiempo, el trabajo, los estudios, programas de televisión, series... algo que no cree tensión en el ambiente.
3 - Ser tú misma. Nada de fingir ser una persona que no eres, ni que te guste algo que no lo hace. No vas a contarle tu vida ni compartir todos tus pensamientos, opiniones o sentimientos, pero tampoco tratar de ser alguien que no eres.
Y de otra cosa me he dado cuenta, es mucho más fácil hablar con alguien que no te gusta. Cuando lo hace, le das más importancia a lo que dices y tratas de actuar de la forma que crees que le gustaría a la otra persona, a tartamudear o a meter la pata.

domingo, 25 de mayo de 2014

Última semana de prácticas

Y pensar que hace poco más de dos meses estaba empezando con las prácticas del ciclo y ya solo me falta una semana para terminarlas... Me siento más madura y segura de mi misma que al principio.

Primer día: martes 18 de marzo. Uniformada y lista para entrar en recepción me dijeron que empezaría en pisos. Con un cambio de ropa y una presentación rápida me indicaron con quién iba a estar ese día y me explicaron las funciones (que ya sabía) de una camarera de pisos. Agotador, esa es la palabra.
El resto de la semana (solo tres días) estuve en recepción, conociendo los pasos a seguir, aprendiendo a meter las reservas en sistema y todo lo que conlleva ser recepcionista.

La segunda semana fue tremenda. Toda la semana en pisos, 5 días las 8 horas correspondientes. Porquerías en los baños, una pequeña propina, practicar mi inglés con un simpático cliente de los Países Bajos, limpiar terrazas, dejarme las rodillas limpiando las bañeras, en resumen, conocer lo que es un trabajo duro y poco gratificante. Con las camareras de pisos he aprendido a apreciar realmente su esfuerzo, tiene mucho mérito, y no se le reconoce como es debido sus labores que son una parte muy importante en un establecimiento hotelero. ¡Un fuerte aplauso para ellas!

Los siguientes días de prácticas los pasé en recepción, solo en recepción, ya que hablamos con el director y, suerte la nuestra, nos dejó quedarnos fijos en este departamento. Clientes agradecidos, clientes maleducados y con prisa, clientes que no se enteran, clientes que entraron cuando entraste en el hotel y aun siguen allí (así como leéis), clientes educados, clientes raros, clientes que no saludan, clientes que sí lo hacen, clientes que tratan de ligar contigo, clientes que no te importarían que ligaran contigo... Hay todo tipo de personas en este mundo.

Y qué decir de mis compañeros... Cuando por fin logro coger confianza con ellos los tengo que dejar. Les he llegado a tener mucho aprecio. Mi querido casi-vecino, que me comprendía perfectamente ya que él había empezado también con sus prácticas y lo habían hecho fijo en el hotel; mi primera compañera, simpática y que resolvía mis dudas de buena gana; el Pepe Navas, profesional y muy bueno explicando; el que es capaz de venderte cualquier cosa y conseguir que la compres de buena gana, con su gusto por lo verde; la que me llamaba "su pequeño poni" con su energía, su perfeccionismo y sus bromas; la jefa, la que hizo que me soltara realmente, confiando en que me podía defender sola en el mostrador (pudiendo pedirle su ayuda en cuanto la necesitara)... De todos ellos he aprendido algo y me alegra haberles conocido.

Mis otros compañeros con los que no he tenido tanto contacto como con los anteriores, pero no por ello son menos importantes: el chico del turno de noche, con el que solo coincidía cinco minutos pero bastaba para una charla rápida y agradable; mis compañeras de pisos, con las que no llegué a tener mucha confianza pero que eran divertidas, amables y prácticas; el maître, un señor de los pies a la cabeza con sentido del humor; los de mantenimiento, que aguantaban mis llamadas sobre los problemas de los clientes en sus habitaciones; y el comercial, que me veía con dotes para seguir en el mundo hotelero.
Seguramente me dejo a alguien olvidado pero son muchas las personas que logran hacer que el establecimiento siga adelante día a día.

A todas esas personas que he tenido el placer de conocer en estos últimos meses les agradezco lo que me han enseñado y puedo decir, con toda sinceridad, que echaré de menos todo esto.


¡Muchas gracias por esta agradable experiencia y espero que volvamos a vernos!

domingo, 18 de mayo de 2014

"¡Los veintitantos será la mejor época de tu vida!"

Puede que me precipite, que sea impaciente y que quiera comerme el mundo en poco tiempo y abarcar más de lo que puedo en un momento, pero tengo 20 años (sí, se que todavía soy joven y que todavía tengo mucha vida por delante, aunque eso nadie lo sabe realmente) y quiero aprovecharlos lo máximo que pueda.

Quiero quedar con mis amigos, hacer excursiones, visitar nuevos lugares, conocer a nuevas personas, aprender de mis errores y reírme de mí misma. Quiero tener anécdotas que contar a los demás, coleccionar recuerdos que vengan a mi memoria de forma aleatoria y sonreír tontamente. Quiero, quiero, quiero...

Quiero hacer de todo y no se por dónde empezar, cuál de los caminos he de escoger. Hay tantas posibilidades y soy tan indecisa...
Sé que todo llega a su debido tiempo pero soy de las que opinan que no hay que sentarse esperando a que aparezcan las oportunidades, hay que buscarlas o, por lo menos, facilitarle el camino para que aparezcan.

miércoles, 14 de mayo de 2014

A esto lo llamo yo tener un buen día...

Despertarse, vestirse, desayunar, coger el coche e irse.
Nada más llegar, encontrarse con alguien a quien apenas conoces pero que se te quedó grabado desde el primer momento por su buen ver. Que te acompañe hasta tu puesto de trabajo y encontrarte con otra persona que te cae bien y con el que, aunque solo sean 5 minutos, te gusta charlar.
Una mañana con buen ritmo de trabajo, no muy agobiante pero sin tiempos muertos. Tener clientes agradecidos y simpáticos que te motivan a seguir por este camino.
Ir a almorzar, tras un dulce y rico piscolabis, sintiéndote algo sola aunque estés rodeada de personas. Y, cuando la mitad de ellas se van, te sientes más acompañada que antes con solo cruzar un par de frases con el resto, las cuales acabaron por convertirse en una pequeña conversación.
Terminar el resto de la jornada sin recibir una sola regañina de una superior estresada.

A esto lo llamo yo tener un buen día.