
Todo el mundo busca ese amor sentido, el que hace que se te encoja el estómago y te tiemblen las manos, que se te sonrojen las mejillas o que se te trabe la lengua. Esas ganas de hablar con la otra persona, aunque sea un minuto. Esa calidez cuando le ves y ese vacío hueco cuando se va. Buscan ese amor sano y equilibrado o, tal vez, el loco y apasionado que quema y desgasta tanto como llena.
Cada uno ama y lo demuestra de una forma pero en definitiva es lo mismo: todos buscamos amar y ser amados, lo difícil es encontrar a la persona que nos llegue hasta el alma.