Finaliza el año y, como no podría ser de otra forma, es inevitable echar la vista hacia atrás para ver cuánto has avanzado en el camino y crecido como persona. Y he de decir que en este año he hecho más cosas de las que pensaba y algunas que no imaginaba que me atreviera a hacer.
Tras un vistazo a la entrada de fin de año del 2013, me he esforzado en rememorar todos los sucesos desde comienzo de año y aquí dejaré plasmado unos cuantos para que el año que viene cuando los relea me de cuenta de que, aunque a veces parezca que no he hecho nada con mi vida, he vivido más de lo que soy capaz de recordar en el momento.
Empecemos por una maravillosa visita a Madrid, la primera vez que dormía fuera de mi hogar y que, a pesar de haber enfermado, no dudaría en volver. Continuemos por un fantástico cumpleaños rodeado de mis mejores amigos y un carnaval preguntándonos qué sonido hace el zorro. El comienzo de las prácticas, que fue un gran paso hacia mi soltura ante el público, con el inglés y con mis compañeros. Día de campo y juegos con mis amigos. Un verano tranquilo y donde pude reencontrarme con una fabulosa persona que hacía dos años que no veía y conocer un poco más a otra persona muy importante para mi mejor amiga. He llegado a conocer más profundamente a mi mejor amigo. Me he atrevido a ir más lejos de mi zona de confort y he descubierto una libertad que no sabía que tuviera y una paz interior y conmigo misma que me hace feliz y me da seguridad en lo que hago. He hecho nuevos compañeros, pues el calificativo de amigo no se lo dedico a cualquiera, personas encantadoras y divertidas con las que, a pesar de no salir en el mismo plan que yo, me llevo bastante bien y me hacen sentir una más en clase aunque no me vean ni la mitad de tiempo que al resto.
He vivido experiencias nuevas y aunque no he podido hacer todo lo que me hubiera gustado, ha sido un estupendo año con muy buena compañía (algunas muy lejanas) y con un gran crecimiento personal para mí.
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